5-6 JCs (Junior Counsellors) – young people who are experienced in CISV, who take the role of an “older sibling” for the 11-year-old participant – are part of every Village program. You are responsible for the success of the programme – above all, you should be a loving contact person and provide the necessary fun for the program. You are strongly involved in the planning. Still the main responsibility is up to the adults.
6
JCs
4
weeks
48
11-year-olds from all over the world
92672
fun factor
No Events
Francisca Hernandez
Local Junior Representative
Cuando se trata de un programa en CISV es imposible no pensar en el intercambio cultural que se hace durante este, pues son diferentes idiomas, tradiciones, religiones, etc. reunidas en un mimo lugar. Pero hay un programa en especial el cual te permite entrar a la cultura de un país al 100% durante algunas semanas, yo tuve el privilegio de participar en uno de estos programas en el año 2014, fue entre Brasil y Colombia y tuvo dos delegaciones de 4 pesonas mas los lideres. Conocimos a nuestros hermanos en Bogota a mitad de año, así marcando el inicio de nuestro intercambio, cada quien se quedaba en la casa de su hermano/a permitiendonos mostrar como es vivir en una familia colombiana, salíamos todos de vez en cuando a conocer la ciudad y a hacer actividades juntos, los chicos de Brasil prepararon una noche nacional en donde nos mostraron un poco de su cultura e hicimos un mini camp en la finca de una de las delegadas. Vivimos momentos inolvidables juntos, celebramos cumpleaños y cantamos los goles del mundial, al pasar el tiempo nuestros hermanos se devolvieron a sus casas quedándose con un lugar en nuestro corazón. Meses despues fue nuestro turno de visitarlos, alistamos maletas y nos fuimos camino a Belo Horizonte, al llegar a nuestro destino conocimos a los que serian nuestra familia por unas semanas. Durante este tiempo disfrutamos de las deliciosas carnes de este país, aprendimos algunas palabras en portugués y mucho sobre su cultura, nos encontrábamos como delegación de vez en cuando a conocer los diferentes lugares en la ciudad y a refrescarnos con un buen chapuzón en la piscina, preparamos nuestra noche nacional donde les dimos a probar algunos platos Colombianos y les enseñamos bailes populares de nuestro país, como el ras tas tas; fuimos al mini camp en el que aprendimos a pasar la cuerda floja, nos quemamos mas de lo predicho y nos unimos mas como delegación Brasil-Colombia. Pasamos año nuevo en Cabo Frío y nos unimos a la tradición vistiendonos de blanco y de saltando olas a las 12 de la noche. Paso el tiempo y nos llego la hora de decir adiós, cada uno se llevo sus mas grandes recuerdos de esta aventura, sin duda, una experiencia inolvidable.
El programa IPP es el mejor programa que he hecho en esta organización, me dio la posibilidad de entender, apoyar y trabajar en conjunto con la comunidad Nubia, en el sur de Egipto. El proyecto buscaba integrar la comunidad, al ser desplazada forzadamente de su territorio en consecuencia a la construcción de una reserva de agua en 1960, se dividió en 45 comunidades distintas, las cuales perdieron contacto entre ellas. La cultura, el lenguaje y sus tradiciones se han ido perdiendo a lo largo de los años. CISV intervino al congregar más de 30 voluntarios de distintas nacionalidades en este territorio y ayudarle a esta comunidad a construir un centro artístico, un proyecto permacultural y un documental. De esta forma se buscó integrar nuevamente a la comunidad a través del arte.
Siempre va a ser difícil madrugar, pero por esa época algo me decía, despierte que hay gente que lo espera. Después de un recorrido de 3 horas, llegamos a nuestro destino. Impresionante, nos estaban esperando alrededor de 60 jóvenes ¿De dónde? No sabíamos ¿Cómo se enteraron? Tampoco. Solo sabíamos que aún así trasnochados teníamos que dar nuestra mejor cara porque había gente sacrificando un día de su vida para ver nosotros que decíamos. Mas que una satisfacción es la sensación de haber aprendido, todo el mosaico es un aprendizaje mutuo. Siempre agradecido con las personas que muy felices nos recibieron.
El Youth Meeting es uno de los programas más cortos pero sin lugar a duda eso hace que cada instante del programa se disfrute al máximo. Como cualquier programa de CISV se hacen actividades entorno al tema del año, que en este caso era desarrollo sostenible, enfocándonos en la parte social, todo basado en los objetivos de la agenda 30 de la ONU. Fue una experiencia inolvidable, pudimos aprender de las problemáticas de los otros países y enriquecernos de muchos puntos de vista. Los amigos que se hicieron en esas dos semanas son personas que dejaron una gran huella, fue un tiempo de risas y diversión imposible de olvidar y que no cambiaria por nada, si pudiera repetirlo lo haría sin lugar a duda.
Ser Staff de una organización como CISV, en la que educar e inspirar es nuestro propósito, es una experiencia única en la que hay que trabajar duro pero te abre los ojos, te muestra que vivimos en un gran planeta en el que todos somos diferentes y únicos, pero así mismo, queremos crear un mundo en paz, donde estemos cada vez más cerca de otros, “donde las diferencias no nos separen, al contrario, nos unan”, eso me lo comentó un niño de 11 años, me dejó maravillada, ahí supe que estaba logrando mi propósito. Al final, te hace más fuerte, más feliz, te enseña que hay mucho por luchar aún y que nunca se puede perder la esperanza.
Mi experiencia en el seminar fue una transición entre lo que es ser participante en un programa de CISV a pasar a ser un líder. Desde mi punto de vista antes de uno hacerse responsable de alguien mas, debe poder responder por sí mismo. Este es precisamente el reto al que se enfrentan lo participantes en el seminar cuando quedan expuestos a ser ellos mismos quienes se encarguen de las labores de convivencia en el campamento, de la mano del staff quienes proveerán ayuda cuando esta sea requerida.
El poder ser parte de CISV me ha llenado de experiencias muy enriquecedoras, pues cada uno de los programas me ha dejado aprendizajes diferentes. En el 2016 fui parte del grupo de JC’s en una villa y fue un reto muy grande, pues tuve que tomar nuevas responsabilidades. Por otra parte poder trabajar en equipo con personas de un pensamiento completamente distinto es una oportunidad que ha expandido mi conocimiento.
Soy Alejandro Gómez, tengo 17 años y asistí a una Villa como JC en Julio de 2017. Este fue mi segundo programa, y personalmente, más que el tema del año, aprendí a amar la organización, en esta Villa la pase bueno, disfrute bastante, me di cuenta realmente como CISV impacta en las personas viéndolo tanto en los niños de 11 como en los líderes nuevos. No hay palabras para describir lo que sentí siendo un facilitador de unos niños a quienes la vida les cambió por completo luego de este programa. Fue de las mejores experiencias de mi vida y ojalá todos pudieran tener esta oportunidad tan grande de conocer lo que es realmente un programa. Por último, los que me conozcan de hace tiempo, seguramente notaron el cambio desde antes de asistir a mi Step Up hasta luego de la Villa; realmente estos programas y la organización cambió mi vida.
Estuve en un grandioso Step Up en Roma. Un Step Up es un programa en donde uno empieza a tener liderazgo en diferentes actividades. El tema que se trabajó era desarrollo sostenible, y escuchar las opiniones de los otros compañeros de distintos países le enseñan a uno otras maneras de resolver los conflictos. Me cambio mucho el programa porque uno puede ser libre dando su opinión o siendo como es. Yo era tímido, no hablaba mucho con la gente, pero en las actividades que se tuvieron, pude expresarme sin que nadie me criticara. Aprendí a ver los conflictos de diferentes maneras y diversidades de soluciones con puntos de vista de otros países.
Creo que un Step Up representa nuestro primer gran salto en cuanto a las habilidades de liderazgo que adquirimos haciendo parte de CISV. Me encanta este programa porque te exige explotar todo tu potencial junto con personas que tienen ideas completamente diferentes a las tuyas, pero igualmente tienen tus mismos valores y objetivos. Personalmente, siento que mi Step Up me ayudó a salir de mi zona de comfort y ser más asertiva cuando me comunico con los demás. Definitivamente fue una experiencia que me dió mucha más confianza en mí misma, así como independencia y autonomía sobre quién quiero ser y qué hago para lograr mis objetivos. En tan sólo tres semanas en Bélgica, pude aprender no sólo sobre mí, sino también sobre las maneras en las que puedo convertirme en una activista pacífica que realmente busca tener un impacto en el mundo, y que ha adquirido las herramientas para hacerlo.
Hay experiencias que te dejan marcado de por vida, tal y como lo hace la villa. Todavía recuerdo la expectativa mezclada con el miedo que sentía a la hora de alejarme de mi familia por un mes completo. Tengo la imagen en mi cabeza en la que me encuentro en un lugar extraño junto con muchos desconocidos que al parecer, estaban tan perdidos como yo. Sin embargo, fueron pasando los días y me fui conectando con los otros participantes, dándome cuenta que las diferencias no son malas sino mas bien complementarias. No hay cómo explicar todo lo que yo, una niña de tan solo 11 años, pude aprender en un mes. No solo tuve lo oportunidad de abrir mis ojos a todo un mundo sino que también aprendí muchas cosas de mi misma que me ayudaron a formarme como persona. Villa es una experiencia totalmente enriquecedora en la cual se da la oportunidad de explotar todas nuestras ideas para actuar por un mundo mas pacifico y justo.