Ser Staff de una organización como CISV, en la que educar e inspirar es nuestro propósito, es una experiencia única en la que hay que trabajar duro pero te abre los ojos, te muestra que vivimos en un gran planeta en el que todos somos diferentes y únicos, pero así mismo, queremos crear un mundo en paz, donde estemos cada vez más cerca de otros, “donde las diferencias no nos separen, al contrario, nos unan”, eso me lo comentó un niño de 11 años, me dejó maravillada, ahí supe que estaba logrando mi propósito. Al final, te hace más fuerte, más feliz, te enseña que hay mucho por luchar aún y que nunca se puede perder la esperanza.