Siempre va a ser difícil madrugar, pero por esa época algo me decía, despierte que hay gente que lo espera. Después de un recorrido de 3 horas, llegamos a nuestro destino. Impresionante, nos estaban esperando alrededor de 60 jóvenes ¿De dónde? No sabíamos ¿Cómo se enteraron? Tampoco. Solo sabíamos que aún así trasnochados teníamos que dar nuestra mejor cara porque había gente sacrificando un día de su vida para ver nosotros que decíamos.
Mas que una satisfacción es la sensación de haber aprendido, todo el mosaico es un aprendizaje mutuo. Siempre agradecido con las personas que muy felices nos recibieron.